Así son las cosas... Ya partí. Ya no estoy contigo, mi familia, aquella que elegí y de la cual formas parte desde hace 10 (largos? cortos?) años. Es verdad que ya no nos sentamos en la misma mesa a celebrar. Pero de mi corazón, amigo, nunca te sacará nadie. Allí siempre hay una silla ocupada por tí. Y en cada paso, cada revés, cada triunfo, allí estarás.
Sabes cuanto te aprecio; cuanto aprecio nuestra amistad que con sus altas y bajas tercamente sigue allí, expectante de la próxima vez que nos encontremos. Así que si crees en el destino, en un ente superior o en Dios, pidele que nuestros rumbos se vuelvan a cruzar... Pero si como yo crees que cada quien es el ingeniero de su camino, entonces tracemos líneas que nos reunan.
Nos vemos pronto hermano. Nos vemos muy pronto.
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