Camino hasta donde mis ojos aún no alcanzan a ver, tratando de ignorar lo que hay a mi alrededor. No llevo nada, pues nada tengo, sólo recuerdos y a decir verdad preferiría dejarlos atrás. No hay tiempo de cambiar lo hecho y el camino recorrido se desvanece a medida que damos un paso y otro.
Senda maltrecha que guía mi destino, ¿hacia donde diriges mis pasos? ¿Que hay mas allá del final de ese camino o al doblar en el cruce? ¿Por que camino tan inseguro? Quisiera poder entender y ser menos impaciente, si el atardecer llega pronto y la noche se hace eterna mientras espero deseoso tu brillo al llegar la mañana…
El canto de la brisa, la danza de la luz, ¿cuando volveré a ver aquel asombroso espectáculo? En mi memoria se guarda sutil e incógnito el recuerdo, intacto, y como un regalo escondido espera ser descubierto. ¿Será como lo recuerdo? ¿Brillara tan radiante su belleza o será mas sublime?
Me desespero… a veces pienso que no viviré más, que no llegaré a ver de nuevo aquello que perdí en el camino, aquello que cayó y se desvaneció con el pasado. A veces quisiera detener todo y robarle un poco de tiempo al tiempo, para poder hablarle y hacerle recordar… por que el camino es largo y larga es la soledad.
Camino hacia ti con los ojos cerrados, entre el vacío y la oscuridad. Camino hacia aquel brillo que aún no llego a vislumbrar, donde abunda ese olor a amanecer y la brisa acaricia tan suave; donde los colores son más vivos, donde aún existes y eres tal cual como te soñé.
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